26 Mayo 2010, 11:36 AM
CULPAR A LOS DEMAS
No había que ser un genio para saberlo. Cualquiera pudo escribir la crónica de una derrota anunciada. Lo que no sabíamos era la magnitud. Siempre pensé que el PRD obtendría cuatro o cinco senadores. Siendo más optimista, seis o siete. Pero no más.
El responsable no es otro que Miguel Vargas. Decir lo contrario es ofender la inteligencia ajena.
¿Que las elecciones no fueron transparente? ¡Claro que no! ¿Qué en muchos lugares hubo indelicadezas o fraudes? ¿Quién lo duda? La pregunta es, ¿en qué elecciones no ha pasado eso? ¿Qué el gobierno compró cédulas? ¡Sí! ¡Y muchos candidatos del PRD también! Aunque en eso, nadie le gana al PLD, con los recursos del Estado. Abogo, desde hace tiempo, por una ley de partidos que impida el transfuguismo y el uso de los recursos del Estado.
En las elecciones del 2008 la Cámara Administrativa de la JCE propuso un reglamento que pretendía limitar el uso de los medios de comunicación, las encuestas y demás. ¿Y saben quién se opuso? ¡Miguel Vargas, alegando que lo perjudicaría!
Miguel y su grupo quieren hacer ahora lo que no hicieron antes. Amenaza con llamar a las masas a lanzarse a las calles a luchar contra el fraude. ¿Y por qué no a luchar por empleo, alimentación, salud, vivienda, energía? ¡Ya quisiera yo ver al presidente del PRD encabezando una manifestación en Los Guandules o en Gualey, en manga de camisa, corriéndole a la Policía!
Mientras pretende dormir con palabras huecas a las bases, Miguel culpa a los dirigentes del PRD que le advirtieron que estaba conduciendo la organización por mal camino.
Para Miguel la derrota del PRD no están dentro del PRD, está en el gobierno y en la JCE. De casualidad no acusan al “imperialismo yanqui” o al presidente Chávez. Acusan al juez Roberto Rosario de bajar una línea a las juntas municipales para perjudicar al PRD. ¡Falso! El magistrado Rosario es incapaz de algo semejante. Rosario no debe cargar con culpas ajenas. Trabajó día y noche para que las elecciones fueran diáfanas. ¡Me consta! Las causas de la derrota no están en la JCE, -donde muchas cosas deben ser esclarecidas-, están en la dirección del PRD, una dirección torpe e insensata.
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