EDITORIAL DE LA FECHA DE PERIODICO EL NACIONAL

5 Junio 2010, 12:38 PM

Caliesaje perverso

Por más estridentes y recurrentes que puedan ser los escándalos que la hayan atosigado resulta tan cuesta arriba como casi imposible que en esta República Dominicana de hoy, la opinión pública, sin importar la indiferencia de que se revista, pueda considerarse curada de espanto. Prácticas tan perversas como el caliesaje a través de la prensa la obligan no sólo a reaccionar, sino a hacerlo con esa difusa mezcla de rabia e impotencia.

Se ha sabido que en la conferencia de prensa ofrecida por los abogados boricuas que decían representar al fugitivo José David Figueroa Agosto, agentes del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI) fueron infiltrados como periodistas para conocer de primera mano lo que se habló en el encuentro. Lo cierto es que no se descarta que en la prensa haya muchos ligados a los cuerpos investigativos, pero de ahí a que se la utilice con tanto descaro hay una diferencia del cielo a la tierra.

En otra conferencia hubo un agente que, incapaz de guardar las apariencias, llegó al colmo de expresarle a una periodista que lo amparara como su acompañante en caso de que afrontara algún inconveniente.

Hay otros casos, sobre todo de personajes políticos, en los cuales el caliesaje se ha hecho representar, y son pocos los que protestan.

El caso es que la prensa no puede servir de mampara al DNI ni a ningún servicio de inteligencia para su labor de caliesaje.  Se trata de una falta de respeto que en modo alguno puede ser tolerado por medios responsables y comprometidos con el derecho a la información.

La infiltración de calieses ha originado muchos incidentes y conflictos en diferentes países, aparte de que las funciones no  pueden mezclarse. La prensa está para informar y orientar a la opinión pública y no para servir de canal para que los servicios de inteligencia puedan realizar sus labores, denotando, por demás, una deplorable incompetencia.

Sería hasta infantil que los agentes del DNI que se hicieron pasar como periodistas pudieran esperar que en la rueda de prensa los abogados boricuas iban a presentar a Figueroa Agosto. Porque de ser así ese organismo, que a veces hasta se duda de sus funciones públicas, no podía estar más despistado. La perversidad que ha ocurrido es otro eslabón de la cadena de escándalos de la que no acaba de liberarse la opinión pública.