Una foto de archivo del padre Alberto Cutié. C.M GUERRERO/ El Nuevo Herald

10 Mayo 2009.-

MIAMI, (lmartin@MiamiHerald.com) .- Magnético, moderno y parte de un círculo de celebridades, personalidades de las noticias de televisión y personas influyentes, el padre Alberto Cutié siempre pareció moverse con facilidad en los mundos del clero y la sociedad.

Estaba muy a gusto en las fiestas, dice Gingi Beltrán, personalidad social y agente de bienes raíces que asistía regularmente a las misas nocturnas de St. Francis de Sales en South Beach. "Pero no tomaba y una nunca recibía ninguna vibración sexual de él. En todo caso, si estaba presente calmaba ese tipo de situaciones. Es un sacerdote muy serio que ha exigido mucho respeto''.

Pero ahora todos saben que el sacerdote, conocido por ser bien parecido, está enamorado. Y no lo lamenta.

El escándalo que probablemente lo lleve a dejar el sacerdocio quizás parezca el guión de una telenovela, estimulado por el hecho que una revista mexicana haya publicado unas picantes foto del sacerdote acaramelado con una mujer en bikini en una playa de Miami. Eso incluso pudiera catapultarlo a una mayor fama. Pero el carismático cura, que nunca le ha huído a las candilejas, ha dicho que nada de lo sucedido fue intencional.

Ni su ascenso al nivel de celebridad que llevó a los paparazzi a seguirlo como si fuera Tom Cruise. Ni que, a los 40 años, enfrente una crisis de madurez frente a los medios y todo el mundo.

"No escogí enamorarme. Es algo con lo que he tenido que lidiar desde hace tiempo'', declaró Cutié a The Miami Herald el viernes, al finalizar una semana de confinamiento, oración y difíciles discusiones con el arzobispo miamense John Favalora y otros jerarcas de la Iglesia.

Pero ahora que han salido esas fotos reveladoras, el sacerdote, estrella de programas de radio y televisión, pone de manifiesto el tipo de lenguaje directo que es la base de su popularidad entre millones de fanáticos de habla hispana en todo Estados Unidos y Latinoamérica.

Dice que quiere casarse y tener familia.

"Esto no es algo que ocurrió en una playa por casualidad, o sin seriedad. Eso es algo que quiero que se diga'', dice Cutié, quien declinó ofrece detalles, pero dice que conoció a su novia hace casi 10 años, a quien no ha identificado directamente pero que los medios han dicho que se trata de Ruhama Buni Canellis, madre divorciada de 35 años que vive en South Beach. Dice que quedó prendado desde el día que la vio.

"Somos amigos desde hace mucho tiempo. Y ha existido admiración y atracción mutua durante algún tiempo, pero la verdadera relación comenzó en meses recientes'', dice Cutié. Las fotos de ambos en la playa son de febrero pasado, dijo. "Ella no salió de la nada. Pero hemos respetado las condiciones mutuas. Es una católica ferviente''.

Lo mismo en una función social de Gloria y Emilio Estefan que en otra actividad elegante en South Beach, Cutié es un individuo tiposo, con el cabello bien cortado, una sonrisa brillante y traje oscuro.

Se le veía con regularidad en lugares donde uno no esperaría ver sacerdotes. El sábado pasado, antes que estallara el escándalo, alguien vio a Cutié con una mujer que se parecía mucho a Canellis. No se tocaron mientras comían acompañados de una mujer de más edad en Barton G., un restaurante frecuentado por Tom Cruise, Will Smith y varias estrellas de cine, conocido por excéntricos platos que sirven con luces y humo de nitrógeno líquido.

Como personaje totalmente familiar en el mundo de habla hispana, el padre Alberto ha estado completamente consciente de que cuando sale a la calle todo el mundo lo miraba. Lo que ha dado lugar a que muchos especulen que quizás el sacerdote, al menos subconscientemente, quería que lo pillaran cuando se comportó como un colegial enamoradizo en una playa pública.