EDITORIAL DEL PERIODICO EL NACIONAL

10 Julio 2010, 11:13 AM

CONFESION PERTURBADORA

No se trata de mera ficción, sino de una cruda y conmovedora realidad, que no ha sido abordada ni por asomo, la creciente participación de menores de edad en crímenes horrendos. Y más espantoso y sorpresivo todavía que los detenidos no se arrepientan, como declararon al menos tres de los cinco implicados en la muerte a cuchilladas de siete taxistas en los alrededores de la avenida España.

Hace tiempo que menores de edad pasaron de la ratería callejera, como el robo de prendas y asaltos con navajas, a asesinatos y acciones de más envergadura. Sin embargo, la sociedad se ha quedado en la clásica desaprobación ante un fenómeno que se ha combinado con otros males para perturbar la tranquilidad y la seguridad de la población.

Aterrorizan las confesiones que se han atribuido a menores implicados en crímenes. Una de las jovencitas acusadas de la muerte a cuchilladas de los taxistas habría justificado su participación bajo el alegato de que la sangre la excitaba a tener relaciones con su novio. Para colmo, declaró que volvería a hacer lo mismo si tuviera la oportunidad.

La prisión, por lo visto, de nada ha servido a menores que se comportan como monstruos, detenidos por los crímenes cometidos en Santo Domingo Este. El desenfado con que manifiestan tan espantosa falta de piedad y respeto por la vida debe llamar la atención tanto del Gobierno como de las iglesias y de los diferentes sectores.

En la vista preliminar este jueves, aplazada para el próximo 22, ya los periodistas y el público se habían extrañado de la actitud risueña de dos jovencitas que con otro menor de edad forman parte del expediente. Parecían no darle mente o disfrutar del inquietante proceso.

Ante la siniestra confesión de al menos tres de los inculpados hay que confiar en que el juicio no se caerá por falta de pruebas. No sólo profundizaría la herida y el dolor de familiares y relacionados de las víctimas, sino el peligro que gente con esa determinación representaría para la comunidad.

Pero el caso de más menores ganados cada día por la criminalidad y la delincuencia es un drama que, por todas las consecuencias que implica en materia de seguridad, paz y desarrollo social, tiene que ser abordado cuanto antes y sin preámbulo por las autoridades y todos los sectores. Es más que tiempo.