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viernes, 25 de diciembre de 2009

EL PRESIDENTE DEL PRD

Fri, 25 Dec 2009 06:32:00


MOGUEL VARGAS ENCUENTRA OBSTACULOS PARA AFIANZAR SU LIDERAZGO EN EL PRD





Por MOISES SAAB LORENZO*
*Vargas prometió llevar la modernidad al PRD.


Santo Domingo, (PL) La acusación del presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas, de que un sector en esa entidad conspira para lograr la derrota de esa agrupación en las próximas elecciones de medio término, hizo oficial el cisma en esa agrupación.

Vargas, recién electo al frente del PRD, ha confrontado varios obstáculos para afianzar su liderazgo, situación que se complicó por su decisión de reservarse varias candidaturas.

El año pasado Vargas lanzó una ofensiva para conquistar la presidencia de la agrupación, acompañado por un sector deseoso de deshacerse de la élite comandada por el ex mandatario Hipólito Mejía, secundado por el ex presidente de la agrupación Ramón Alburquerque.

Ingeniero de profesión, Vargas prometió llevar la modernidad a la organización e inyectarle nuevos métodos de dirección acordes con las tendencias actuales.

Esa formulación lo enfrentó con Mejía, caracterizado por la tendencia al caciquismo y por un lenguaje que sus seguidores consideran campechano y que en ocasiones trasciende lo vulgar y chabacano.

En la pugna por la dirección del partido, Vargas no dudó en rubricar un pacto con su mayor rival, el presidente de la República Leonel Fernández, quien también encabeza el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El acuerdo fue una prueba de fuerza de Vargas pues garantizó a Fernández la aprobación expedita del proyecto para la Reforma Constitucional, que estaba empantanado en el Congreso.

Un grupo sustancial de senadores y diputados se manifestaron por Vargas y sellaron su posterior elección a la presidencia del PRD, pero aquello no fue el fin de la historia, sino, apenas, el comienzo de un conflicto que estaba subyacente y que estallaría con la fuerza de una detonación nuclear.

A cambio, Fernández se comprometió a incluir en la Carta Magna un artículo que proscribe la reelección continua del Presidente de la República.

La jugada de Vargas parecía maestra y presentaba a su adversario como obligado a aceptarla, pero, a la postre, resultó un regalo envenenado pues llevó las pugnas en el PRD al borde de la fractura, como evidencian sus declaraciones.

Los primeros resultados no se hicieron esperar y afloraron en la convención del PRD para elegir a sus cargos de dirección, un proceso que fue impugnado por miembros de la agrupación y sigue siendo materia de discordia.

Dura batalla con resultado incierto

El paisaje que presenta ahora la organización fundada en 1939 por el ex presidente Juan Bosch (1909-2001), que luego abandonó para crear en 1973 el PLD, regida hasta su fallecimiento por el político José Francisco Peña Gómez (1937-1998), es el de una batalla a brazo partido con resultado incierto, para decir lo menos.

Entre las consecuencias adversas de esas confrontaciones está la deserción de varios miembros históricos, incluidos algunos que ostentan cargos, como el senador Rafael Calderón, de la provincia de Azua, y Vicente Sánchez Baret, un dirigente histórico.

Otros que están en abierto conflicto con Vargas son Tony Peña Guaba, hijo de Peña Gómez, y Guido Gómez Masara, que aspiraba a secretario general del partido y afirma haber sido despojado del triunfo en sus aspiraciones a la Secretaría General.

Vargas se anotó algunos tantos con el paso al PRD de miembros de la cúpula del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), la tercera fuerza electoral del país, aunque muy alejado del PRD y del PLD.

Como pronosticaron algunos analistas, el PRSC se encuentra muy depauperado por la falta de una plataforma creíble y su alternativa es abroquelarse en torno a una de las dos agrupaciones mayoritarias, aunque preserva algunos bolsones de preferencia y cuenta con presencia en ambas cámaras del Congreso y en ayuntamientos.

La elección de Carlos Morales Troncoso como presidente de la agrupación le ha insuflado nuevo aliento, pero se considera improbable que alguna vez recupere el lugar predominante que tuvo en la escena política de la mano de su fundador, el extinto ex presidente Joaquín Balaguer (1906-2002), una figura más que contestada a nivel popular.

Morales Troncoso es el actual canciller de la República y es obvio que sus preferencias se inclinan hacia Fernández, caracterizado por su pragmatismo y capacidad para complacer a quienes lo apoyan, aún a costa de críticas acerbas.

Un acuerdo para sellar una alianza entre el PLD y el PRSC está en curso y bien encaminado, al decir de Morales.

Las apuestas están a favor de que los días de gloria de la entidad balaguerista son agua debajo del puente y que el papel que le reserva el futuro es de carácter secundario.

Sin embargo, contra lo que podría pensarse, ni el PRD ni el PLD parecen desear su extinción por el interés de evitar una imagen de bipartidismo ajena a la tradición creada en los años desde la caída de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961).

Lo que se juega en los comicios de medio término es más que la presencia en el Legislativo, importante y hasta decisiva si se quiere, sino los resultados en las presidenciales de 2012.

PLD más cohesionado


El PLD, aunque mantiene en una nebulosa quién será su representante, aparece más cohesionado y con mayores muestras de disciplina, factores que agradan a los poderes económicos, más interesados en la estabilidad que en matices filosóficos.

Para esas elecciones Vargas, seguro candidato del PRD, tiene en su contra haber sido derrotado por el actual mandatario en 2008 y no puede permitirse llegar a la liza con un partido fragmentado como el que tiene en la actualidad.

La pregunta que está en el aire es si a poco más de cinco meses del ensayo general de las presidenciales del 2012, que son los comicios de mayo próximo, el PRD tendrá tiempo de sanar esas heridas.

(*) El autor es corresponsal de Prensa Latina en República Dominicana. (Tomado de Al Intante.net)

rr/msl

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