(El Nacional)
Los peledeístas entienden que la nacionalidad debe concederse mediante el Jus sanguinis, los perredeístas propugnan por una combinación entre el Jus sanguinis y el Jus solis, mientras los reformistas recomioendan Jus el sanguinis y la naturalización.
En tanto, los dos asambleístas de la Fuerza Nacional Progresista (FNP) propugnan por el Jus sanguini y el matrimonio, y que elimine el Jus solis.
“Jus sanguinis” significa el derecho a la nacionalidad de los hijos de los dominicanos nacidos aquí y en el exterior y el “Jus solis”, el derecho a la nacionalidad por haber nacido en un territorio.
El vocero de los asambleístas perredeístas, doctor Ruddy González, declaró que es necesario reconocer los derechos adquiridos por miles de haitianos que tienen décadas residiendo en el país.
Citó que al igual que los haitianos, miles de dominicanos viven ilegalmente en Estados Unidos y Europa a la espera de que se regule su situación.
“En lo que sí estamos de acuerdo es en que hay demasiados haitianos ilegales, cuya permanencia en el territorio debemos regularizar”, expresó.
Los asambleístas peledeístas Julio Horton y Ramón Gomera defienden el proyecto de reforma constitucional del presidente Leonel Fernández, que establece el “Jus sanguinis” como condición para obtener la nacionalidad.
Señalan que el derecho a la nacionalidad es parte de la soberanía de cada nación que no puede ser impuesta por ningún poder extranjero.
Sostienen que la República Dominicana no cuenta con los recursos necesarios para brindar salud, educación y vivienda a cientos de miles de haitianos que viven ilegalmente aquí.
Propugnan para que la Ley de Migración establezca la nacionalidad a haitianos que han desarrollado una destacada vida cultural en el país y a inversionistas establecidos con muchos años.
Argumentan que igual que en Estados Unidos y otras naciones, la República Dominicana tiene derecho a repatriar a los que residen ilegalmente en su territorio.
El vocero de los asambleístas reformistas, ingeniero Ramón Rogelio Genao, sostiene que el “Jus sanguinis” y la naturalización son los dos mecanismos que debe contemplar la Constitución para obtener la nacionalidad.
Propugna para que conjuntamente con la aprobación de ese aspecto constitucional se establezca una política migratoria clara, tendente a reducir el número de ilegales haitianos.
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