18 Mayo 2010 - 4:14 pm
Eli Heiliger, Periodista: Diario Libre
UN CICLÓN BATATERO
Un ciclón batatero provocó el Partido de la Liberación Dominicana con su triunfo en las elecciones congresuales y municipales del lunes pasado en la que prácticamente barrió con el bipartidismo existente para dejar bastante famélicos a al reformismo y perredeismo.
Los electores, con su alta votación a favor del partido oficial, aprobaron su dudosa política contra el narco y la corrupción, el barrilito en el Congreso Nacional, nominilla, política económica y la conducta de sus funcionarios desde el Estado.
El perredeismo fue barrido, no obtuvo una sola senaduría, lo que ratifica el dominio del partido morado en el Congreso Nacional.
El mapa político nacional sufrió un cambio radical, quedó pintado de morado, en lo cual tuvo que ver el gran despliegue del uso de los recursos del Estado por el oficialismo. Un chiste que circula ampliamente dice que el oficialismo no ganó en La Altagracia debido a que se le acabó la pintura morada, pero de toda forma allí triunfó un aliado del Gobierno.
El ciclón batatero del domingo le otorgó patente al oficialismo para aplastar al contrario, para desoír las voces de la sociedad, tal y como ha venido ocurriendo.
El perredeismo recibió otra gran lección: la de que al campo de batalla no se acude con las tropas divididas. El reformismo sigue su camino hacia su extinción.
Algo que hay que resaltar de este proceso es el liderazgo del Amable Aristy Castro en La Altagracia, donde su partido obtuvo un triunfo en la senaduría. Lo mismo se puede decir de Frank Martínez en La Romana.
También no se puede dejar de mencionar el trabajo de la Junta Central Electoral, que mostró avance en la gerencia del proceso comicial, aunque todavía no es una institución perfecta que ni por asomo se acerca a lo que debe ser, pero avanza. Sería mezquino no admitirlo que avanza.
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